
Cáncer de mama
Oncología médica
En el Centro de Patología de la Mama estudiamos cada caso en nuestro Comité Oncológico Multidisciplinar, en el que se reúnen prestigiosos profesionales en el campo del cáncer de mama. Tras el estudio de todos los elementos importantes en cada paciente y con la opinión consensuada de los diferentes expertos de todas las disciplinas necesarias para el tratamiento del cáncer de mama, se determina el esquema de tratamiento a seguir para cada situación.

Quimioterapia
La quimioterapia bloquea el crecimiento y elimina las células tumorales para evitar que crezcan y se dividan en más células. Por lo general, las células tumorales se multiplican más rápido que el resto de células, escapando a las defensas del organismo y generando tumores. Esto también las hace más vulnerables al tratamiento con quimioterapia, que las destruye más rápido y con más eficacia que al resto de las células.
El objetivo del tratamiento con quimioterapia depende del tipo de cáncer y de cuánto se haya diseminado. A veces, el objetivo principal es destruir todo el cáncer y/o evitar que vuelva a aparecer. Si esto no es posible, la quimioterapia puede retrasar o ralentizar su crecimiento, cronificando así la enfermedad.
Hay más de cincuenta medicamentos disponibles para prevenir el crecimiento, multiplicación y diseminación de las células tumorales. Además, se puede recibir tratamiento con un solo medicamento o con una combinación de dos o más.
Los fármacos, las dosis y el cronograma de tratamiento de la quimioterapia son escogidos por nuestros expertos en oncología teniendo en cuenta los diferentes factores importantes en cada situación.
Estos factores incluyen:
- El tipo de cáncer
- El tamaño del tumor, su ubicación y si se ha diseminado (estadio del cáncer).
- Edad y estado de salud general.
- Efectos secundarios de los tratamientos y cómo afecten a cada paciente.
- Si se han tenido que utilizar otros tratamientos previos contra el cáncer.
- La biología tumoral y la expresión génica propia de cada tumor en particular.
La mayoría de las veces no es necesaria la hospitalización para recibir estos tratamientos y se puede hacer de forma ambulatoria, esto permite ir a casa al finalizar la sesión de tratamiento.
La duración del tratamiento va a depender de los objetivos del mismo, de la tolerancia individual y de la respuesta tumoral. Así se puede recibir quimioterapia durante un tiempo específico, como seis meses o un año, o siempre y cuando funcione.
Los efectos secundarios de muchos fármacos de la quimioterapia tradicional son muy fuertes para administrar el tratamiento todos los días y los oncólogos generalmente administran estos fármacos con pausas, de manera que haya tiempo para descansar y recuperarse antes del próximo tratamiento. Cada periodo de tratamiento se denomina un ciclo. Varios ciclos conforman un curso de quimioterapia. Y un curso por lo general dura alrededor de 4 meses o más.
Es importante destacar que no todos los pacientes con cáncer de mama experimentan los mismos efectos secundarios ni con el mismo grado de intensidad durante la quimioterapia. Además, estos se pueden reducir mediante fármacos de apoyo, lo que mejorará su calidad de vida durante el tratamiento. Asimismo, cabe señalar que la gran mayoría de los efectos secundarios ocasionados por la quimioterapia son reversibles una vez finalizado el tratamiento.
Cuidados durante la quimioterapia
Durante la quimioterapia debe prestar más atención al cuidado de su piel, ya que resulta fundamental prevenir la deshidratación cutánea y protegerse de los rayos solares. Es muy importante que sigas las siguientes indicaciones:
- Aumenta la ingesta de líquidos (agua o infusiones).
- Aplica crema hidratante con ingredientes emolientes (añadir a la crema corporal aceite de rosa mosqueta).
- Hidrata también tus uñas y no te realices la manicura permanente.
- Mantén la piel limpia. Utiliza jabones hipoalergénicos que no contengan alcohol, perfumes o parabenos.
- Seca la piel sin frotar, dando toques.
- No exfolies tu piel.
- Mejor baños cortos que duchas largas.
Evita la exposición directa al sol y usa fotoprotectores con alto factor de protección solar.
La mucosa oral también puede sufrir alteraciones durante el tratamiento, ya que este puede producir cambios en los tejidos de la boca y las glándulas que elaboran la saliva. Para reducir estos posibles efectos secundarios es muy importante que:
- Antes de empezar el tratamiento con quimioterapia acude a su dentista para una revisión, así como una vez finalizado.
- Realiza una higiene bucal adecuada después de cada comida para reducir el riesgo de mucositis oral (inflamación de la mucosa oral que puede producir escozor, hormigueo, hipersensibilidad, úlceras e inflamación de encías).
- Utiliza cepillo de dientes blando y colutorio sin alcohol.
- Frente a la xerostomía (sequedad de la boca), si es necesario, emplea sustitutivos de la saliva: agua y saliva artificial.
Durante el tratamiento, también puede producirse la pérdida total del gusto; la disminución de la capacidad de percepción del sabor; la percepción de un sabor metálico o desagradable o el cambio del sabor. Todas estas alteraciones son reversibles una vez finalizados los ciclos de quimioterapia.
Otro aspecto que deberás tener en cuenta durante el tratamiento con quimioterapia es el cuidado de su higiene íntima. Es recomendable que:
- No utilices agua muy fría o muy caliente.
- No laves en exceso la zona íntima (una vez al día es suficiente) y siempre de delante hacia atrás.
- Utiliza jabones hipoalergénicos específicos para la zona.
- Hidrata interna y externamente la zona con cremas específicas sin hormonas.
El tratamiento también puede afectar al deseo sexual. Recuerda que las relaciones íntimas no se basan solo en el sexo, busca otras formas de expresar afecto (besos, caricias, abrazos…), tómate tu tiempo, utiliza humectantes y lubricantes vaginales y, sobre todo, comunícate con tu pareja. Una vez finalizada la quimioterapia, el deseo sexual vuelve con el tiempo.
En ocasiones, la quimioterapia puede causar falta de apetito o dificultad para tragar o masticar. A continuación, compartimos algunos consejos y pautas nutricionales que deberás tener en cuenta durante el tratamiento oncológico.
- Es imprescindible que cuentes con una alimentación correcta y equilibrada.
- Si es necesario, aumenta el número de comidas a lo largo del día ingiriendo menor cantidad de alimento en ellas. Realiza un mayor consumo de alimento en una sola toma resulta más complicado.
- Toma abundante proteína, lo que te ayudará a encontrarte fuerte.
- Ten siempre cerca alimentos cuyo consumo te resulte sencillo (por ejemplo, frutos secos).
- Si fuera necesario, en la farmacia encontrarás preparados de alto valor nutricional adaptados a tus necesidades nutricionales (alimentación básica adaptada).
- Come despacio, masticando bien.
- Evita el consumo de alcohol y tabaco.

Radioterapia
La radioterapia utiliza la radiación para matar células cancerosas. En general, estas tienen menos capacidad de recuperación de los daños por radiación que las células normales. La radioterapia en el cáncer de mama tiene como objetivo destruir las células cancerosas utilizando radiación de alta energía a nivel local. Este tipo de tratamiento es una de las especialidades que más ha avanzado en los últimos años, disminuyendo con ello los efectos secundarios de la misma.
El tratamiento complementario con radioterapia después de una cirugía conservadora de mama está muy recomendado para casi todas las pacientes. Generalmente, se aplica la radioterapia sobre toda la mama seguida de una irradiación adicional o “boost” del área donde el tumor ha sido extirpado.
Después de una mastectomía la radioterapia puede estar recomendada en función de las características del tumor y del estado de los ganglios de la axila.
La dosis de radiación que debe administrase es de entre 45 y 50 Grays (Gy). Esta dosis total se divide en fracciones y cada fracción se administra durante una sesión de radioterapia. El objetivo de administrar el tratamiento en fracciones es reducir el riesgo de daños importantes a los tejidos normales y aumentar la probabilidad de control tumoral a largo plazo.
La radioterapia en la mama puede causar algunos efectos secundarios como irritación, sequedad o cambios en la piel de la zona, sensibilidad o hinchazón debido a la acumulación de líquido. Si tienes dudas, pregunta a tu radioterapeuta para que pueda explicarte todo aquello que necesitas conocer.
Cuidados durante la Radioterápia
Durante el periodo de tratamiento con radioterapia es aconsejable seguir algunas pautas que te ayudarán a reducir las reacciones cutáneas en su piel. Te recomendamos:
- Evita usar sujetador siempre que sea posible. En el caso de tener que utilizarlos se aconseja que sean sin aro y de algodón.
- Aumenta la ingesta de líquidos (agua o infusiones).
- Mejor baños cortos que duchas largas.
- Utiliza jabones neutros.
- No utilices esponja para frotar la zona tratada.
- Seca la piel de la zona sin frotar, dando toques.
- Mantén la zona de mayor riesgo lo más seca posible.
- Aplica crema de base acuosa o leche corporal hidratante.
- No utilices productos químicos en la zona tratada.
Evita la exposición directa al sol y usa fotoprotectores con alto factor de protección solar durante y después del tratamiento.
A continuación, compartimos algunos consejos y pautas nutricionales que deberás tener en cuenta durante el tratamiento oncológico.
- Es imprescindible que cuentes con una alimentación correcta y equilibrada.
- Toma abundante proteína, lo que te ayudará a encontrarte fuerte.
- Come despacio, masticando bien.
- Evita el consumo de alcohol y tabaco.

Hormonoterapia
Algunos tumores originados en las células de la mama pueden conservar la capacidad de responder a los cambios hormonales, dejando de crecer si las hormonas que estimulan su desarrollo se suprimen o si se administran medicamentos que contrarrestan dicho efecto de crecimiento. Estos tumores presentan receptores hormonales para los estrógenos (RE) y/o para la progesterona (RP) y se denominan hormonodependientes.
Aproximadamente, el 70% de los cánceres de mama tienen receptores para estrógenos y la mayoría de los cánceres de mama RE-positivos son también RP-positivos.
Los estrógenos y la progesterona son producidos por los ovarios en mujeres premenopáusicas y por algunos otros tejidos, incluso por la grasa y la piel, tanto en mujeres premenopáusicas como posmenopáusicas.
Los tratamientos hormonales se utilizan para eliminar los niveles de hormonas circulantes o para bloquear su efecto, lo cual frena el crecimiento de los tumores de mama hormonodependientes. Los tumores que no son sensibles a las hormonas no reaccionan a la terapia hormonal.
La terapia hormonal u hormonoterapia puede estar acompañada de algunos efectos secundarios en los pacientes con cáncer de mama como la sensación repentina de calor (bochorno), sequedad vaginal, dolor de cabeza, leves náuseas, cansancio, dolor en articulaciones y huesos y osteoporosis. Generalmente, es un tratamiento bien tolerado por los pacientes.
Cuidados durante la hormonoterapia
La zona íntima es una parte muy sensible del cuerpo de la mujer que puede verse afectada por tratamientos como la hormonoterapia. La sequedad vaginal puede causar algunas molestias durante las relaciones sexuales, para lo que podrás utilizar humectantes, lubricantes vaginales e incluso tratamientos con láser ginecológico, que puede aliviar o reducir los síntomas relacionados con la falta de estrógenos como la sequedad vaginal, los picores, la sensación de ardor e incluso las molestias al orinar y durante las relaciones sexuales.
Recuerda que las relaciones íntimas no se basan solo en el sexo, busca otras formas de expresar afecto (besos, caricias, abrazos, masajes…), tómate tu tiempo y, sobre todo, comunícate con tu pareja.

Inmunoterapia
La manipulación del sistema inmunológico para ayudar en el tratamiento de las enfermedades oncológicas ha supuesto un enorme avance en el tratamiento de diversos tipos de tumores. Aunque se están investigando desde hace décadas distintas maneras de utilizar la inmunidad para tratar el cáncer, la estrategia que ha tenido más éxito por ahora en los tumores sólidos ha sido la mediada a través de los denominados puntos de control (“checkpoints” en inglés).
El sistema inmune es un conjunto extraordinariamente complejo de células y sustancias que están constantemente interaccionando entre ellas, con las células propias del organismo y con agentes externos. Uno de los elementos que regulan su actividad son los puntos de control.
Los linfocitos T, uno de los elementos más importantes de la inmunidad, poseen unas moléculas en su superficie que habitualmente ejercen de freno para que no haya una actividad descontrolada de estas células (esta actividad descontrolada es lo que provoca la autoinmunidad o enfermedades autoinmunes, por ejemplo). Este freno actúa, aunque se hayan “fabricado” ya células antitumorales, pero, aunque están allí, no pueden destruir las células tumorales. Se ha descubierto que, desactivando ese freno, las células T (linfocitos T) antitumorales se liberan y pueden atacar a las células cancerosas.
El cáncer de mama ha sido uno de los últimos tipos de cáncer en los que se ha incorporado esta inmunoterapia al tratamiento, incluso se había considerado al cáncer de mama como resistente a la inmunoterapia. Posiblemente esto se deba a la gran heterogeneidad de procesos biológicos que se engloban bajo la denominación de cáncer de mama en la que todos tienen en común su origen en la glándula mamaria. Sin embargo, hay una gran diversidad en cuanto a su biología subyacente y, por tanto, su pronóstico y forma idónea de tratamiento.
Así pues, el cáncer de mama se viene clasificando en 4 tipos principales: luminal (A y B), enriquecido para HER2 y triple negativo. En concreto la variante triple negativa se define por la ausencia de expresión de receptores hormonales y la no sobreexpresión de HER2. Aunque a su vez los tumores triple-negativos se pueden clasificar en varios subtipos, en general, se trata de un cáncer de mama potencialmente agresivo por su elevado ritmo de crecimiento y su capacidad de dar lugar a metástasis. Precisamente en el cáncer de mama triple negativo es donde se ha comenzado a aplicar la inmunoterapia con resultados positivos.
Como sucede generalmente con los tratamientos tumorales, inicialmente se investigó en las formas metastásicas de cáncer de mama. Cuando se añadió pembrolizumab a la quimioterapia habitual y se compararon los resultados con las de la quimioterapia por sí misma, se prolongaba la vida de la paciente con cáncer de mama triple-negativo en aproximadamente 7 meses. Como era de esperar y tal como se había visto en pacientes con otros tumores, la activación del sistema inmune también produjo efectos secundarios (autoinmunes), pero en general son efectos controlables y tratables de los que se informa a las pacientes para que sepan cómo actuar en cada momento.
La segunda situación clínica en la que se ha demostrado el beneficio de esta inmunoterapia ha sido en cáncer de mama triple negativo localmente avanzado o en estadio temprano (operable) con riesgo alto de recidiva.
Tras su correspondiente estudio, en las pacientes tratadas con la combinación de quimioterapia e inmunoterapia se detectó una mayor disminución del tumor, incluyendo más casos de desaparición total aparente del cáncer (esto se denomina respuesta anatomopatológica completa). En concreto, los porcentajes respectivos de respuestas completas fueron del 65% con inmunoterapia y del 51% sin ella, un aumento muy significativo porque además sabemos que cuando se consigue la desaparición completa del tumor (hasta donde se puede comprobar en el estudio anatomopatológico) la posibilidad de que no haya una recaída aumenta de forma notable. Además, se ha visto que incluso si no se conseguía esa desaparición total de restos tumorales en el momento de la operación, las pacientes en las que se incorporó la inmunoterapia también recaían menos que si no se incorporaba.

Tratamientos biológicos o dirigidos
Los tratamientos biológicos o dirigidos, “targeted therapies”, se diferencian de la quimioterapia en que están diseñados para bloquear de forma específica aspectos concretos de la biología celular o del tumor, en lugar de destruir, de manera más indiscriminada, todas aquellas células que se reproducen rápidamente, como hace la quimioterapia.
Los tratamientos biológicos dañan únicamente las células cancerosas, bloqueando los genes o las proteínas que se encuentran en ellas. Debido a que estos tratamientos actúan de una manera dirigida contra las células cancerosas, por lo general, dañan menos a las células sanas. Estos nuevos fármacos se pueden administrar solos, aunque casi siempre van acompañados durante un periodo de tiempo por quimioterapia estándar.
Estos tratamientos biológicos impiden que se multipliquen las células, atacando selectivamente las del tumor sin tener efectos secundarios sobre las células sanas. El Trastuzumab –Herceptin– es un ejemplo de ello, y es el primero que se ha desarrollado en cáncer de mama.resultados con las de la quimioterapia por sí misma, se prolongaba la vida de la paciente con cáncer de mama triple-negativo en aproximadamente 7 meses. Como era de esperar y tal como se había visto en pacientes con otros tumores, la activación del sistema inmune también produjo efectos secundarios (autoinmunes), pero en general son efectos controlables y tratables de los que se informa a las pacientes para que sepan cómo actuar en cada momento.
La segunda situación clínica en la que se ha demostrado el beneficio de esta inmunoterapia ha sido en cáncer de mama triple negativo localmente avanzado o en estadio temprano (operable) con riesgo alto de recidiva.
Tras su correspondiente estudio, en las pacientes tratadas con la combinación de quimioterapia e inmunoterapia se detectó una mayor disminución del tumor, incluyendo más casos de desaparición total aparente del cáncer (esto se denomina respuesta anatomopatológica completa). En concreto, los porcentajes respectivos de respuestas completas fueron del 65% con inmunoterapia y del 51% sin ella, un aumento muy significativo porque además sabemos que cuando se consigue la desaparición completa del tumor (hasta donde se puede comprobar en el estudio anatomopatológico) la posibilidad de que no haya una recaída aumenta de forma notable. Además, se ha visto que incluso si no se conseguía esa desaparición total de restos tumorales en el momento de la operación, las pacientes en las que se incorporó la inmunoterapia también recaían menos que si no se incorporaba.
Preguntas frecuentes
¿Cuáles son mis opciones de tratamiento?
¿Qué es la medicina personalizada?
¿Cuáles son mis opciones de tratamiento?
A la hora de saber cuáles son las mejores opciones de tratamiento, es muy importante que se estudie cada caso en particular por un equipo multidisciplinar de expertos que aportará su saber y sus opiniones sobre el mejor paso a seguir.
En el Centro de Patología de la Mama tenemos a importantes expertos en cada una de las áreas que conforman el diagnóstico y tratamiento del cáncer de mama: Radiología, Anatomía Patológica, Cirugía Oncológica, Cirugía Plástica y Reconstructiva, Oncología Médica y Radioterapia. Además de diferentes profesionales en otras áreas, como la Fisioterapia, que forman parte importante de un tratamiento personalizado e integral dirigido a obtener los mejores resultados en cada paciente.
El tratamiento combinará generalmente métodos de intervención que ataquen el cáncer localmente, como la cirugía o la radioterapia, con otros que destruyan las células cancerosas en todo el cuerpo por medio de tratamientos sistémicos como la quimioterapia, la terapia hormonal y los tratamientos dirigidos.
La duración del tratamiento dependerá de las características de las células tumorales y del estadio del cáncer, así como de la edad, el estado menopáusico y las comorbilidades del paciente.
¿Qué es la medicina personalizada?
No todos los tratamientos son los mismos para todas las pacientes con cáncer de mama. Tampoco todos los cánceres de mama son iguales, ni se encuentran en la misma situación clínica, al igual que cada paciente presenta unas particularidades que la hacen distinta y especial al resto.
Es muy importante tener en cuenta todos estos factores antes de indicar un tipo de tratamiento.
En el Comité de Tumores del Centro de Patología de la Mama se reúnen los más importantes expertos en cada una de las áreas que conforman el diagnóstico y tratamiento del cáncer de Mama: Radiología, Anatomía Patológica, Cirugía Oncológica, Cirugía Plástica y Reconstructiva, Oncología Médica y Radioterapia para decidir en cada caso cual es el mejor tratamiento.
Existen diferentes esquemas de quimioterapia que se pueden indicar en las diferentes situaciones. Hoy en día, realizamos test genéticos que analizan las mutaciones presentes en cada tumor, intentando así determinar, de entre todos los fármacos posibles, cuáles son los que obtendrán mejores resultados al atacar directamente esas mutaciones. De esta manera, se puede diseñar un esquema de tratamiento “a la carta” para cada paciente que tenga en cuenta las particularidades tanto del tumor, como de la persona que lo padece.
¿Qué es el estadio de un tumor?
¿Qué es el tratamiento adyuvante?
¿Qué es el estadio de un tumor?
El estadio del tumor es una forma de estadificación de la enfermedad para evaluar los riesgos y el pronóstico asociado a las características específicas del tipo de tumor y su situación en el momento del diagnóstico.
El sistema de estadificación TNM se utiliza de forma generalizada y combina el tamaño del tumor (T), la invasión del tejido circundante, la implicación de los ganglios linfáticos (N) y la aparición de metástasis a distancia (M).
El estadio es importante a la hora de plantear un tratamiento. Cuanto menos avanzado es el estadio, mejor es el pronóstico. Son necesarias exploraciones radiológicas, como radiografías de tórax, ecografía abdominal o incluso TAC o gammagrafía ósea para asegurarse de que no hay metástasis y poder establecer con seguridad el estadio.
¿Qué es el tratamiento adyuvante?
El tratamiento adyuvante es un tratamiento administrado después de la cirugía.
Este tratamiento puede incluir la radioterapia, la quimioterapia, la hormonoterapia y/o la terapia dirigida.
En este marco, la radioterapia es un tratamiento local, mientras que la quimioterapia, la hormonoterapia y la terapia dirigida pueden alcanzar las células tumorales que pueden haberse diseminado a otras partes del cuerpo, por eso se denominan tratamientos sistémicos.
¿Qué es el tratamiento neoadyuvante?
¿Qué es el cáncer de mama triple negativo?
¿Qué es el tratamiento neoadyuvante?
El tratamiento neoadyuvante es el que se administra como primer paso para reducir el tamaño de un tumor antes de la administración del tratamiento principal, que suele ser la cirugía, y para controlar desde el inicio a la enfermedad sistémicamente.
Algunos ejemplos de tratamiento neoadyuvante incluyen quimioterapia, tratamientos biológicos y hormonoterapia.
¿Qué es el cáncer de mama triple negativo?
Es aquel tumor de mama en el que sus células no presentan receptores de estrógenos, ni receptores de progesterona, ni suficiente cantidad de proteína HER2.
Este tipo de tumor carece de una diana específica sobre la que actuar actualmente, por lo que la quimioterapia es una herramienta fundamental en su tratamiento.
¿Es mi tumor hormonodependiente?
¿Podré tener hijos después del cáncer de mama?
¿Es mi tumor hormonodependiente?
Cuando se analiza el tumor en el laboratorio de Anatomía Patológica es muy importante saber el estado de los receptores hormonales de estrógeno y progesterona.
Las células tumorales pueden presentar niveles altos de receptores para estrógeno y/o receptores para progesterona en su superficie o dentro de la célula. Esto significa que su crecimiento y multiplicación están estimulados por estas hormonas. Los tumores con una concentración elevada de receptores de estrógenos (ER+) y/o de progesterona (PR+) responden a la hormonoterapia. Este dato es fundamental para poder seleccionar el mejor tratamiento en las diferentes etapas de la enfermedad.
Aproximadamente el 70% de los cánceres de mama tienen receptores para estrógenos y la mayoría de los ER-positivos son también PR-positivos.a
¿Podré tener hijos después del cáncer de mama?
Sí, los embarazos después del cáncer de mama son posibles y muchas mujeres que superaron su enfermedad actualmente son madres de uno o varios hijos, llevando una vida normal como cualquier otra mujer de su misma condición.
Se debe hablar con anticipación y abiertamente sobre esto con las mujeres jóvenes que quieren conservar su fertilidad antes de empezar los tratamientos, especialmente si los ovarios pueden resultar dañados por el uso de determinados fármacos. En las mujeres que quedan embarazadas tras finalizar la terapia para el cáncer de mama, ni un embarazo ni la posterior lactancia aumentan la probabilidad de una recaída.
¿Cómo sé si está funcionando mi tratamiento?
¿Cómo sé si está funcionando mi tratamiento?
Muchas veces no podemos saber de inmediato cuál es la respuesta al tratamiento. Por lo general hay que esperar de dos o tres meses con el tratamiento hormonal y dos o tres ciclos de quimioterapia para que encontremos alguna respuesta en las pruebas analíticas o de imagen. Hay ocasiones en las que los síntomas clínicos desaparecen o el tumor se hace más pequeño a la palpación. Esto nos da información con más rapidez de que nuestro tratamiento está funcionando.
La respuesta al tratamiento tiene que ser evaluada para buscar el equilibrio entre el beneficio y los efectos adversos que produce. Por eso, en el Centro de Patología de la Mama siempre estamos atentos a cambios o síntomas que pudieran aparecer durante el mismo, siguiendo la evolución en consulta y haciendo análisis de sangre y/o exámenes radiológicos que comparen las alteraciones iniciales con la situación evolutiva durante el tratamiento.
El descubrimiento de esta vía de crecimiento tumoral y de los fármacos que la bloquean ha supuesto uno de los avances más importante de los últimos años en el tratamiento y pronóstico del cáncer de mama.
Solicita más información
Si deseas, puedes solicitar una cita o más información sobre nuestros servicios a través de: