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septiembre 2025

José Luis Garci y Eduardo Torres-Dulce analizan “La herida luminosa” en el II Cinefórum “Cine y Medicina”

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El director de cine José Luis Garci y el crítico cinematográfico Eduardo Torres-Dulce se han citado en el II Cinefórum “Cine y Medicina”, que en esta edición ha centrado su atención en la película “La herida luminosa”. El encuentro, organizado por la Fundación Tejerina en colaboración con la Cátedra Extraordinaria en Patología de la Mama de la UCM, sirvió de marco para que ambos reflexionaran y dialogaran sobre esta obra cinematográfica, profundizando en sus silencios, el uso del color y la luz, así como en la relevancia de los actores y la influencia del teatro en la narración. En él, han destacado también el papel del amor y la muerte en sus obras.

José Luis Garci ha explicado que “el amor y la muerte son los dos grandes universales; no hay nada más importante. Todas mis películas giran en torno al amor, y existen muchos tipos de amor. También está el desamor, que es la experiencia más terrible y la más cercana al infierno. El amor es una droga, no tiene cura. Todas las películas que he hecho tienen relación con el amor, pero no solo con el amor romántico; hay muchos tipos de amor. En esta película aparece el amor de un padre hacia su hija, el amor fallido por su esposa, el nuevo amor hacia Julia, la cardióloga, el amor religioso… “La herida luminosa” es una obra en la que encontramos todas las manifestaciones de amor. El amor es lo más importante que podemos contar.”

Eduardo Torres-Dulce ha señalado que “hay dos terrenos en los que José Luis Garci se mueve especialmente bien: los diálogos y los actores, que para él son fundamentales”. A este comentario, el director añadió que “cuando rodamos la película tuve la sensación de que algo había cambiado en mi manera de trabajar. Opté por un estilo más lento y denso, en el que los actores adquirían mayor protagonismo. Me centré en ellos, en su interpretación y en el matiz de cada diálogo. Para mí, lo más importante a la hora de contar una película son los actores y el ensayo.

 Si una película dura cinco semanas de rodaje, ensayo cinco semanas. Ensayo como si fuera una obra de teatro. Los actores suelen pensar que el ensayo es para que memoricen el papel y se suelten, pero en realidad es para mí: me ayuda a decidir cómo voy a encuadrar cada plano. Los ensayos son fundamentales. Gracias a ellos, los actores llegan con el texto y el tempo narrativo perfectamente dominados. Yo siempre ruedo en una toma única o, como mucho, en una segunda toma, porque esas son las mejores. Cuando llevas la película bien preparada, tienes una gran capacidad para improvisar; todo resulta mucho más fácil”.

Garci ha añadido que pensó en “La herida luminosa” con la idea de contar con un padre y una hija reales, porque creía que la relación que iban a transmitir, incluso siendo actores, tendría algo muy personal.

La película es un melodrama que ahonda en temas complejos como la fe, la moral y el perdón. Ambientada en la España de los 50, la obra crea un retrato de una sociedad marcada por la represión emocional, la fe y los códigos morales de la época. Escaparate del cine clásico, con planos muy largos e introspectivos y donde el silencio se presenta como un elemento clave, refleja las luces y sombras de las personas y trata temas tabúes como el adulterio, el deseo reprimido, la culpa o la muerte.

Eduardo Torres-Dulce ha señalado que “la película juega narrativamente con luces y sombras, pero tiene esa fuerza que transmita la pasión desbordante que significa el melodrama. La secuencia final es devastadora”. Ha concluido que “en esta película hay escenas de mucha emoción. José Luis tiene una definición perfecta “el cine es una vida de repuesto”. Y lo es cuando personas como él son capaces de contarnos historias que nos sirven de repuesto para nuestra propia vida. El cine de José Luis posee esa capacidad única de despertar emociones en el espectador y de crear imágenes que se quedan grabadas para siempre”.

“La herida luminosa” refleja también una reflexión sobre el papel de la medicina como símbolo narrativo y ético. En manos del doctor Mills (interpretado por Fernando Guillén), la medicina se convierte en un instrumento narrativo, ético y simbólico. Garci plantea con sutileza cómo la medicina, sin la ética, puede convertirse en algo peligroso.

En el evento, en el que se han reunido cerca de un centenar de personas, han participado también Alberto Pablo González Sanz y Javier de Joz Segovia, patronos de la Fundación Tejerina. Estuvo presente el productor de la película, Enrique Cerezo.

CPM-Tejerina.com
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