El peeling o exfoliación química es un acto médico mediante el cual renovamos la capa córnea de la epidermis a una profundidad variable, en función del agente empleado y su concentración.

El peeling superficial con AHA (alfa-hidroxiácidos, como el ácido glicólico, el ácido salicílico o el ácido pirúvico) aporta a la piel un aspecto mucho más saludable, mejorando la calidad de piel y realzando su belleza natural. Es muy poco agresivo y permite volver al trabajo de manera inmediata.

Si el objetivo del paciente es más ambicioso (eliminar cicatrices o arrugas), podemos utilizar un peeling medio, como es el peeling de Fenol. Éste conlleva un proceso de exfoliación más intensa que dura entre tres y cuatro días. Está indicado para el tratamiento de arrugas finas y cicatrices de acné.

También podemos tratar hiperpigmentaciones de la piel. El melasma o cloasma es una preocupación habitual de las mujeres que sufren importantes cambios hormonales. El melasma, comúnmente conocido como “paño”, es una hiperpigmentación de color pardusco, de forma irregular y tamaño variable, que suele aparecer en relación con embarazos o la toma de anticonceptivos orales. Para obtener un resultado óptimo en el tratamiento del melasma, hay que tener una amplia experiencia en el manejo de peelings y de ciertos cosméticos despigmentantes, tales como la hidroquinona, el ácido kójico y la vitamina C, entre otros.

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