Cruz Sánchez, Directora de formación de la FUNDACIÓN ÁNGELA NAVARRO y responsable del Taller de Maquillaje, nos dio una lección básica de lo que debe ser un maquillaje correcto. Ya sea para acudir al trabajo, una cita informal durante el día o para asistir a un evento de gala o fiesta nocturna.

Definir la forma del óvalo facial, determinar sus proporciones, son puntos de partida básicos a la hora de saber lo que hay que resaltar o disimular.

Las cejas, los ojos y los labios forman parte del “Triángulo de la Belleza”, la expresión del rostro depende en gran medida de esto tres elementos que son esenciales para la comunicación y a través de los cuales los demás nos perciben. Unas cejas bien definidas corrigen ópticamente el óvalo y proporcionan fuerza y expresión a la mirada.

Nunca se insistirá lo bastante en lo muy importante que es el cuidado de la piel, que es el lienzo sobre el que aplicamos el maquillaje. Por lo tanto, puntos importantes son:
Conocer la propia piel
Cuidarla y limpiarla
Utilizar buenos pinceles (que duran toda la vida)
Contar con buenos cosméticos básicos

Para elegir el tono de maquillaje adecuado, tenemos que saber si nuestra piel tiende a cálida o a fría. Una vez elegido el color de maquillaje adecuado a nuestra piel, se puede usar en fluido o en formatos más compactos para la noche.

En cuanto a la sombra, los colores fríos (azules, violetas, fucsias) son más apropiados para la noche, mientras que los cálidos y tierras son mejores para el día, porque son más naturales. La boca es el eje sensual del rostro, la barra de labios debe ser muy hidratante, si queremos crear un efecto de labio «gordito», hay que hacer una línea arqueada sin picos en el contorno superior. El colorete debe ser SIEMPRE del mismo tono que el labial.

Después de tantos buenos consejos y trucos, se pasó a la parte práctica. En cada una de las mesas las maquilladoras eligieron a dos modelos para realizar un maquillaje de valoración y otro sofisticado.